Deseo Sagrado

En estos días de silencio interior, recordaba a mi abuela, la madre de mi madre. Una mujer de carácter por la cual sentía mitad amor y mitad temor. Todos los años me quedaba varias semanas con ella en Delft, una ciudad holandesa muy famosa por sus canales. Ella era la mejor cocinera y yo era muy feliz porque podía aprender de ella. Un día decidí sorprenderla haciéndole un plato que había estudiado en el libro de cocina de mi madre.